jueves, 12 de septiembre de 2013

ME DUELE Y ME ADMIRA LA FUERZA INTERIOR DE LAS MUJERES

Quiero contarles una experiencia que me ocurrió hace unos pocos días, para situarles en mi realidad mi nombre es María Elena, soy Religiosa de San José de Gerona, ingresé a la V.R. en 1988... ya pueden sacar cuentas del tiempo que llevó en el servicio al Señor...  nosotras nos dedicamos a servir al enfermo, nuestro lema "Aliviar el dolor y sembrar la paz en los corazones" Los viernes voy a visitar a los enfermos y sus familias en el Hogar "La Posada de Belén" fue un encuentro con una mujer fuerte y valiente María Margarita, quien tiene a su hijo paralítico por un accidente quién le atendía con suma solicitud y me decía mientras cambiaba el pañal a su hijo, hermanita estoy contenta porque tengo a mi hijo vivo, a pesar de todo, le doy gracias a Dios porque me acompaña y estamos esperando la silla de ruedas para llevarmelo a la finquita".  Cuánto amor, cuanto dolor contenido vi en esa mujer que se enfrentaba a la enfermedad con entereza y a pesar de todo con UNA FE INMENSA. Me decía a mi misma ¡Dios cuánto amor!


Esa noche mi oración fue elevar una plegaria a la Virgen María, por ella, por las Madres que tienen a sus hijos enfermos en los hospitales en las Clínicas para que las acompañará.  María Margarita me decía que estuvo casi dos meses en el Hospital sin recibir ninguna visita, pero le alegraba mucho la atención de las enfermeras, de los doctores, que siempre tenían para ella una palabra de aliento, ya que el estado de su hijo fue muy crítico, ya que Walter su hijo tenía graves quemaduras y la columna destrozada.  Que ejemplo nos dan las madres, lo dan todo como Cristo.

1 comentario:

  1. Quiero contarles una experiencia que me ocurrió hace unos pocos días, para situarles en mi realidad mi nombre es María Elena, soy Religiosa de San José de Gerona, ingresé a la V.R. en 1988... ya pueden sacar cuentas del tiempo que llevó en el servicio al Señor... nosotras nos dedicamos a servir al enfermo, nuestro lema "Aliviar el dolor y sembrar la paz en los corazones" Los viernes voy a visitar a los enfermos y sus familias en un Hogar, fue un encuentro con una mujer fuerte y valiente María Margarita, quien tiene a su hijo paralítico (tiene la columna destrozada) por un accidente quién le atendía con suma solicitud y me decía mientras cambiaba el pañal a su hijo: hermanita estoy contenta porque tengo a mi hijo vivo, a pesar de todo, le doy gracias a Dios porque me acompaña y estamos esperando la silla de ruedas para llevármelo a la finquita". Cuánto amor, cuánto dolor contenido vi en esa mujer que se enfrentaba a la enfermedad con entereza y a pesar de todo con UNA FE INMENSA. Me decía a mi misma ¡Dios cuánto amor!
    Esa noche mi oración fue elevar una plegaria a la Virgen María, por ella, por las Madres que tienen a sus hijos enfermos en los hospitales en las Clínicas para que las acompañará. María Margarita me contó que estuvo casi dos meses en el Hospital sin recibir ninguna visita de sus familiares porque se encuentran lejos, pero que fueron muchas personas que le ayudaron, entre ellas, la atención de las enfermeras, de los doctores, y en especial una señora que hasta comida le llevaba al Hospital, ella me expresaba con tanta naturalidad que Dios protege a los desamparados. Que nuestro buen Dios acompañe a Ma. Margarita y a Walter con bien de retorno a su hogar.

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